TERAPIAS ALTERNATIVAS. EL MÉTODO TEA

mafalda

«¿No será que esta vida moderna está teniendo más de moderna que de vida?»

Mafalda.

La ingeniosa y sabia Mafalda nos regala una sentencia que define el que quizá sea el mal más extendido de nuestros tiempos: el ritmo acelerado que imprimimos a nuestros días. Una prisa endémica que nos aboca al olvido de nosotros mismos, nos roba paz, nos incomoda sin saber exactamente por qué estamos incómodos. Y si sólo fuera eso… Porque entonces hace su aparición el tan traído y llevado (y temido) estrés, ese cajón de sastre al que se atribuye la más variada sintomatología tanto emocional (ansiedad, tristeza, apatía…) como física (aquí la lista se amplía por cada parte del cuerpo que nos duele o enferma.

El estrésssss, ese maldito agujero negro que absorbe nuestra energía. Luchamos contra él, nos resisitimos, como el salmón que nada contracorriente, pero esa lucha es contraproducente porque nos desgastamos en ella. Y entonces vamos poniendo parches, tiritas en forma de píldoras que alivian sólo lo superficial y tan sólo momentáneamente. Remedios de urgencia que mitigan los síntomas indeseados pero NO curan el trastorno que nos aqueja. Y aquí está la clave: es la raíz de la dolencia la que se ha de enfrentar, no sus manifestaciones.

Conviene señalar al respecto un dato interesante y, aparentemente, paradójico. En esta vida «moderna», la nuestra, se está observando un creciente resurgimiento del deseo de volver a la sencillez, a lo pausado, a lo natural.

Por una parte, se viene extendiendo desde hace tiempo el consumo de los llamados remedios naturales, aquellos recabados de la sabiduría antigua, cuando el contacto entre el hombre y la Naturaleza era estrecho, fluido y espontáneo. Convenientemente adaptados a estos tiempos, están cada vez más solicitados y se van popularizando en el mejor sentido del término.

Por otra se percibe también una progresiva tendencia a «escucharnos», a ponernos en contacto con nuestro interior, con las emociones, deseos, rechazos que albergamos e incluso acumulamos desde ni se sabe cuándo. En definitiva: a conocernos, a retornar a lo que realmente somos y hemos sido, ese estado que ha ido quedando sepultado por elementos más o menos adulterados o ficticios.

A este reclamo creciente de bienestar físico y emocional responde que lo que se engloba con el nombre de terapias alternativas. Y alguien se preguntará: «¿Alternativas a qué?». Pues, sencillamente, a la medicina de siempre, la convencional, científica, empírica o como prefiera adjetivarse. En cualquier caso, es bueno matizar que ambas ramas (la convencional y la alternativa) pueden ser complementarias según elecciones personales, naturalmente.

Lo esencial para comprender este tipo de terapias es que afrontan la dolencia como la manifestación física de un malestar más profundo que el meramente visible o verificable empíricamente. Se trata de bloqueos emocionales, conflictos no resueltos, anhelos reprimidos, carencias… Todo un catálogo de afecciones negativas que protestan en algún momento y a las que debemos prestar atención. Por mucho que las solapemos, de una manera u otra, antes o después, acabarán aflorando.

Por ello es tan valiosos lo que estas terapias ofrecen y cómo abordan la curación. Consiste en considerar al ser humano como un TODO integrado por cuerpo, mente y espíritu. Y saber que para alcanzar ese anhelado bienestar o serenidad o paz es preciso que estas tres partes estén equilibradas. De ahí el término «holístico» que define también a este tipo de terapias. Holístico proviene del vocablo inglés «whole»: completo, entero. Las terapias holísticas abordan la curación atendiendo y entendiendo al ser humano como una totalidad, sin desdeñar o dar priorida a ninguna de sus manifestaciones sobre las otras.

El método TEA es una modalidad alternativa integrada por tres formas de terapia a su vez, las cuales se refuerzan y complementan entre ellas. El nombre tiene doble procedencia. Por una parte es acrónimo de las tres terapias reunidas y, por otro, un guiño al nombre de GalaTEA, el centro donde se imparten.

La T alude a la Terapia Floral (Flores de Bach o Esencias Florales) que se centra en la emociones y su íntima relación con el síntoma físico.

La E es la Energía Reiki, la Energía Vital Universal que, al entrar en contacto con la intrínseca de cada uno (mediante la imposición de manos del terapeuta) equilibra, relaja y favorece la sintonía con nuestro entorno.

La A se refiere al Análisis Astrológico que proporciona pautas destinadas a profundizar en el autoconocimiento y la comprensión de las circunstancias de nuestra vida al establecer un enfoque psicológico de las condiciones energéticas presentes en nuestro cielo durante el nacimiento.

En suma, un acercamiento completo y, por ello, efectivo a las afecciones y dolencias que puedan aquejarnos. En sucesivas entradas se irá detallando en qué consiste cada una, cuáles son sus orígenes y de qué manera alivian y curan.

!flor de la vida

En Galatea, tenemos previsto organizar en breve un encuentro a modo de presentación del método TEA al que estáis invitados y del que puntualmente tendréis noticias.

¡Nos vemos en  el próximo! Entretanto son bienvenidos comentarios y sugerencias por vuestra parte: compartir es siempre enriquecedor y divertido…